CARACTERISTICAS DE UN BUEN PADRE

¿Qué es mejor?
¿Ser un padre bueno o un buen padre?
Es mejor un buen padre
Un padre bueno puede caracterizarse por ser permisivo, sin disciplina, sin propósito.
Pero un buen padre tiene que ver con ser austero, correcto, disciplinado, moderado y con propósito

Un buen padre tiene la característica de ser formador de sus hijos.
Un papá afirma la identidad en sus hijos con la aceptación, con el amor a través de acciones concretas que fijen seguridad al corazón de su hijo.
Lastimosamente el hombre se olvida de esta característica fundamental para que ese hijo crezca sanamente.
Hoy sustituimos “cariño” por juguetes, sustituimos “tiempo” por celulares, sustituimos “responsabilidad” por egoísmo
Para formar debemos ser modelos, modelos correctos. Por eso Pablo dice en 1 CORINTIOS 11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Un padre se transforma en modelo correcto cuando trata de imitar a Cristo
Trabajemos en levantar los valores, principios del reino para formar en nuestros hijos futuros hombres

También, un buen padre se caracteriza por transmitir seguridad y protección en sus hijos.
Un papá le muestra los límites a sus hijos por amor, y le avisa que pasando ese límite puede lastimarse.
La protección de un padre a sus hijos actúa cuando se mantiene una buena comunicación, cuando se transmiten consejos en base a las experiencias vividas y con el ejemplo en el diario vivir.
La familia es el lugar correcto como refugio, donde aprendemos los valores y principios para aplicarlos a nuestras vidas.

Por ultimo un buen padre se caracteriza por transmitir una herencia.
¿Qué herencia les estamos dejando a nuestros hijos?
No se trata de una herencia financiera, sino de valores y legados correctos
Una herencia financiera puede ser mal gastada o bien invertida, pero un legado trasciende generaciones.

LUCAS 15:11-24
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Mira la actitud del padre cuando este hijo suyo vuelve a su casa: Lo abraso, lo beso, lo perdonó, lo vistió con lo mejor de la casa e hizo una gran fiesta.

El padre, te limpia, te restaura y te bendice
La misión más grande no es corregir lo que está mal en los adultos, sino alcanzar y enseñar lo correcto a los niños.
Y así como este padre siempre esperó a su hijo y lo amó, Dios es nuestro padre que siempre va a estar, nos ama y desea que podamos disfrutar de su presencia.